miércoles, 13 de agosto de 2014

Dios perdona y sigue siendo justo Devocional 14/08

2 Samuel 12:13-14: "También Yahweh ha remitido tu pecado; no morirás. Mas por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Yahweh, el hijo que te ha nacido ciertamente morirá"
 
¡Esto es indignante!. Urías está muerto. Betsabé ha sido violada. El bebé morirá. Y sin embargo el profeta Natán dice: "Yahweh ha remitido tu pecado".

¿Cómo puede ser? David cometió adulterio. Ordenó un asesinato. Mintió. Despreció la Palabra de Dios. hizo blasfemar a los enemigos de Dios. Y sin embargo el Señor remitió su pecado.

¿Qué clase de juez justo es Dios? No se puede pasar por alto la violación, el asesinato y la mentira. Los jueces justos no hacen eso.

Esto es lo que dice Pablo en Romanos 3:25-26:

 
Dios puso (a Cristo) como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
 
 
En otras palabras, la indignación que sentimos cuando Dios parece pasar por alto los pecados de David sería justa si Dios estuviese simplemente barriendo los pecados de David bajo la alfombra. Pero Dios no está haciendo eso.

Dios ve desde el tiempo de David, a través de los siglos, la muerte de su Hijo Jesucristo, que moriría en lugar de David para que la fe en la misericordia de Dios que tenía David, y la obra de redención que aun tenía que suceder, uniese a David con Cristo. En la mente de Dios, que todo lo sabe, los pecados de David le son contados a Cristo, y la justicia de Cristo es contada como justicia a David. De esa manera Dios pasa por alto los pecados de David con justicia.

La muerte del Hijo de Dios es lo suficientemente indignante, y la Gloria de Dios que esta muerte muestra es lo suficientemente maravillosa, como para que Dios sea vindicado cuando pasa por alto el adulterio, el asesinato y las mentiras de David.

De esa forma Dios mantiene su perfecta rectitud y justicia, al mismo tiempo que muestra misericordia a aquellos que tienen fe en Jesús. Sin importar cuantos o cuan monstruosos sean sus pecados. Estas son las buenas noticias.

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