martes, 29 de mayo de 2018

3 Formas de ayudar a tus hijos a conectar la obediencia con el gozo

Por Sara Wallace

"¿Obedecer? ¿Qué quiere decir eso?" preguntó el niño al que estaba enseñando mientras me miraba con confusión.

Le acababa de decir que debía realizar sus deberes para obedecer a su padre, hasta que me di cuenta de que estaba utilizando una palabra que resultaba extraña para él. Quedé impactada. ¿Cómo era posible que este niño hubiese pasado siete años sin escuchar la palabra "obedecer"?

Muchos hogares no cristianos, incluyendo el suyo, omiten la palabra de su vocabulario. Puede que incluso la prohíban, ya que la obediencia acarrea otras cosas, después de todo. Está asociada con reglas, consecuencias, y (lo peor de todo) la autoridad.

La palabra "obedecer" está fuera de lugar en la sociedad de "no me digas lo que tengo que hacer" de hoy.

Pero los cristianos deberían tener una reacción distinta a esta palabra. Para nosotros, la obediencia significa bendición, no carga. Y la autoridad definitiva que era nuestro Juez, es ahora nuestro Salvador.

La obediencia nos lleva a todas las bendiciones de ser parte de la familia del pacto de Dios. Pero es algo que va contra nuestra naturaleza pecaminosa, así que hemos de enseñar a nuestros hijos cómo encontrar gozo en ella. He aquí tres formas de ayudar a tus hijos a conectar la obediencia con el gozo.

1) Diles el por qué

"Porque yo lo digo" es una razón suficiente para obedecer a Dios. Sin embargo, el amor del Padre nos ha incluido en su gran plan para la obediencia. En su palabra nos muestra por qué debemos obedecer, y nos dice que hagamos lo mismo por nuestros hijos.

Cuando los niños israelitas le preguntaban a sus padres "¿Para qué son estas piedras?" Dios le dijo a los padres que explicasen todo lo que Él había hecho por ellos en el desierto (Josué 4). La obediencia y la enseñanza van de la mano.

Esto no quiere decir que la obediencia se deba negociar. Está bien decir a nuestros hijos "obedece primero, y después las preguntas". Deben obedecer ya sea que lo entiendan o no. Pero es nuestro trabajo ayudar a edificar ese entendimiento, imitando el hermoso amor de Dios por su pueblo.

Puedo acordarme de momentos en que he desobedecido a Dios, y Él amorosamente ha revelado cómo la obediencia es mi protección. Los niños, de manera natural, ven la obediencia como algo que acaba con el gozo a menos que subrayemos sus beneficios. Cuando edificamos su entendimiento, también construimos confianza. Y la confianza hace que la obediencia se convierta en gozo.

2) Habla con cuidado

¿Cuándo fue la última vez que tu hijo vino y te dijo, "mamá, ¿podrías darme una charla de nuevo? ¡Me encantan!"

Supongo que no fue recientemente. Nuestros hijos pueden agobiarse con demasiadas palabras.

Una vez una amiga me dijo que ella intenta dar instrucciones en cinco palabras o menos. Su propósito era doble: enseñar a sus hijos a escuchar bien la primera vez, y evitar darles una charla o reñirles.

Yo tomo mis "cinco palabras o menos" y las pongo físicamente en las manos de mis hijos. Sostengo mi mano cerrada, miro a mi hijo de cuatro años a los ojos y digo: "Te voy a dar la tarea especial del día ¿Estás listo?" Sus ojos brillan, estira su mano y le digo: "Escucha bien".

Abro mi mano sobre la suya y luego cierro su mano sobre el puñado de palabras imaginario, mientras le doy las instrucciones. Él ríe y mantiene su puño cerrado. Luego le pregunto que es lo que tiene en la mano y él me lo repite. Me tomo un minuto para explicar lo que significa esa frase.

Durante el día, mientras trabajamos sobre la tarea específica, le pregunto qué es lo que tiene en su mano y él recuerda. Si mis palabras son un regalo, la obediencia es gozo.

3) Escucha bien

La frustración que tenía uno de mis hijos con respecto a la obediencia se redujo cuando se hizo lo suficientemente mayor para hablar. De repente, cuando hablaba, tenía la capacidad de que le escuchasen y de ser entendido.

A veces los niños no utilizan las palabras correctamente. Se enfurruñan, se quejan y se enfadan. Pero en lugar de hacerlos callar forzadamente, les decimos "Esa no fue una manera respetuosa de pedir. Por favor, hazlo de nuevo con respeto".

Se ha de enseñar a los niños cómo usar las palabras. Pero esto solamente tiene valor para ellos si saben que hay alguien dispuesto a escuchar. Cuando hacen el esfuerzo para usar sus palabras, hemos de asegurarnos que encuentran una escucha atenta.

Piensa en la manera llena de gracia en que Dios trata con nosotros. El Salmo 62:8 dice "Derramad delante de él vuestro corazón; Dios es nuestro refugio". Cuando nuestros hijos nos derraman sus corazones ¿escuchamos nosotros? ¿Nos ven ellos como su refugio?

El gozo de la obediencia viene de sentirse conocido. Cuando escuchamos a nuestros hijos, representamos al Dios que escucha y nos conoce. La obediencia fluye del gozo de esa profunda y segura relación.

Cuando hablamos con cuidado y escuchamos bien, ayudamos a nuestros hijos a conectar la obediencia y el gozo. Mostramos que la obediencia no son reglas sin más, sino que tiene que ver con una relación. Y mientras forjamos esa relación con ellos en el contexto del gozo y la disciplina, allanamos el camino para una relación con Dios.

Traducido de: https://www.thegospelcoalition.org/article/3-ways-help-kids-connect-obedience-joy/

miércoles, 3 de enero de 2018

Los ángeles en la providencia de Dios

Daniel 12:1

En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro.

Los ángeles han de verse bajo el encabezado general de la providencia de Dios. El Señor creó el mundo, pero también lo sostiene y dirige su creación de forma que todas las cosas funcionen "conforme al designio de su voluntad" (Efesios 1:11, Hebreos 1:1-4). Sin embargo, Él no es la única causa de todo lo que sucede, sino que emplea a los seres creados (tanto sus acciones como sus voluntades) como causas secundarias y subordinadas dentro de su gobierno providencial. Esto incluye a los ángeles, que no son seres divinos, sino criaturas con un origen en el espacio y el tiempo. Dios "creó todas las cosas" incluyendo los espíritus angélicos (Apocalipsis 4:11; Génesis 1:1)

Las Escrituras nos muestran que los ángeles intervienen de forma esencial en muchos milagros. Por ejemplo, fue un ángel quien hizo rodar la piedra que cerraba la tumba de Jesús (ver Mateo 28:1-10). Los ángeles parecen tener algún tipo de papel en la dirección del curso de la historia humana, incluyendo el auge y la caída de naciones e imperios. El libro de Daniel, por ejemplo, hace referencia a Miguel como el "gran príncipe" que tiene a cargo el pueblo de Israel (Daniel 12:1). En otras partes de las Escrituras, Miguel es identificado como un arcángel, lo cual indica algún tipo de jerarquía en las huestes angélicas. Daniel 10:12-14 explica que Miguel tuve que ayudar a otro ser, presumiblemente otro ángel, a luchar contra un enemigo, el príncipe de Persia, para que el ángel que llevaba la interpretación de la visión de Daniel pudiese llegar hasta el profeta. No sería especular demasiado el sugerir que este príncipe de Persia era un ser angélico malvado, un demonio, ya que se oponía al Señor y a su pueblo.

Los ángeles son ministradores para el pueblo de Dios (Hebreos 1:13-14). Pero no son pequeñas y hermosas criaturas que nos esperan de brazos cruzados. Son defensores, un ejército jerárquico que avanza los propósitos de nuestro Creador.

El hecho de que los ángeles conformen un poderoso ejército dedicado a avanzar los propósitos de Dios son buenas noticias para el creyente, ya que si estamos del lado de Dios, o mejor aún, Dios está de nuestro lado, los ángeles también lo están. Saberlo nos da una confianza añadida de que ningún enemigo que se oponga al Señor y a su pueblo puede mantenerse en pie al final. Cuando oramos para que se haga la voluntad de Dios, estamos "liberando" un enorme ejército para conquistar en su nombre.

Traducido de:

https://www.ligonier.org/learn/devotionals/angels-gods-providence/

lunes, 1 de enero de 2018

El crecimiento cristiano apropiado

Colosenses 1:9-10

9 Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,10 para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;

Las oraciones de Pablo por los creyentes de Colosas reflejan sus verdaderos sentimientos por ellos, y nos dan instrucción a nosotros. Los versículos 9 y 10 motivaban a los colosenses a continuar en lo que habían aprendido, y no buscar la falsa "vitalidad espiritual" que supuestamente podrían encontrar en las herejías.

Siempre somos tentados a buscar manifestaciones deslumbrantes de "vitalidad espiritual" y rápido crecimiento que, según se dice, están a nuestra disposición a través de alguna enseñanza o método que habíamos pasado por alto. Muchos libros y maestros hoy día prometen rápidos avances en poder y santidad, ya sea a través de la repetición de la misma oración cada día, a través del "nombrar y reclamar" del evangelio de la sanidad y prosperidad, o la promesa de la victoria inmediata sobre el diablo a través del bautismo del Espíritu Santo después de la conversión. En la vida de aquellos que abrazan estas enseñanzas se consigue mucho menos que esto, como puede comprobarse si se hace un sondeo honesto de tales cosas. Sin embargo el énfasis en las metodologías oscuras y secretas para producir un crecimiento espiritual han sido un problema en la iglesia durante siglos.En la Colosas del primer siglo, los falsos maestros prometían caminos rápidos a la madurez espiritual a través de planes dietéticos, prácticas ascéticas, días santos y otras cosas (Ver capítulo 2, versículos 16 al 23).

La respuesta del apóstol no es negar el crecimiento y progreso espiritual, sino basarlo en la búsqueda simple y fiel de lo que ya se había presentado claramente a todos en el Evangelio. La oración de Pablo en Colosenses 1:9-10 tiene muchos paralelos con los versículos del 3 al 6 del capítulo uno, e indica que el crecimiento viene a través de continuar diligentemente en lo que Dios ha revelado a toda la iglesia, no persiguiendo la última novedad. Le pide ayuda al Señor para ayudar a los colosenses a caminar de manera que den fruto, tal y como el simple evangelio de Pablo y Epafras lleva fruto a todo el mundo (versículo 6). Pablo también ora para aumentar el conocimiento de la voluntad de Dios, un entendimiento más profundo de la verdad que está accesible a todos en el mensaje del evangelio, y que fortalece la fe de aquellos que creen (versículos 4 y 9). El hecho de que Pablo ore por estas cosas (que son cosas que la gente ya tiene la predicación de la verdad) muestra que los creyentes entran al reino y crecen en madurez de la misma manera, es decir, estudiando y escuchando la Palabra de Dios revelada a todo su pueblo.

Es demasiado fácil para nosotros creer que una vez que conocemos lo básico del evangelio, debemos ir más allá para obtener el verdadero crecimiento espiritual. Sin embargo, no son las revelaciones y métodos extrabíblicos los que nos hacen madurar, ni la búsqueda de significados y códigos esotéricos en las Escrituras.  En lugar de eso lo que logra la madurez es el continuo esfuerzo por cavar en las profundidades del mensaje del Evangelio y su aplicación a toda la vida, lo cual, de hecho, es la historia de la Biblia.

Traducido de:https://www.ligonier.org/learn/devotionals/proper-christian-growth/